En el blog de hoy nos gustaría hablaros de otro tipo de prácticas deportivas que a nosotros particularmente nos gustan mucho, y de sus numerosos beneficios. Este es el boxeo y sus derivados, como el fitboxing.
Para empezar, cabe mencionar que el puro hecho de realizar ejercicio físico, de forma habitual e incorporado a tu rutina diaria, ya supone un aporte positivo a tu salud, tanto física como mental.
A nivel corporal, son muchos los beneficios de estas actividades:
- Potencian la capacidad cardiorrespiratoria. Por ejemplo, en el caso del fitboxing, en el que se combinan ejercicios de boxeo, kick-boxing, muay thai y crossfit, es una actividad mayoritariamente cardiovascular, donde prima el aumento de pulsaciones durante ejercicios de alta intensidad.
- Mejoran la coordinación y la agilidad. Este indicativo es de gran interés en vistas al futuro, ya que estas capacidades se reducen con la edad y haberlas trabajado previamente puede ser un preventivo de caídas y sus consecuentes lesiones.
De hecho, varios estudios a lo largo de los últimos años han demostrado que el boxeo sin contacto ayuda a frenar el progreso de la enfermedad de Parkinson, ya que se realizan movimientos complejos y rápidos que ayudan a fortalecer la respuesta motora.
- Ayudan a controlar el sobrepeso. Por ejemplo, durante una sesión de fitboxing se pueden llegar a quemar unas 1000 calorías, muy por encima de otras actividades deportivas, mientras que en una sesión de boxeo, unas 500-900.
- Trabajan la mayoría de los grupos musculares: abdominales, brazos, piernas y glúteos.
Por otro lado, no son pocos los aportes a nivel mental:
- Son actividades anti-estrés. Durante estas sesiones se liberan grandes cantidades de endorfinas, o “hormonas de la felicidad” que actúan como analgésicos naturales produciendo una sensación de bienestar general en nuestro cuerpo.
- Permiten sociabilizar. Un estudio realizado en Nueva Zelanda sobre un grupo de la población adolescente con obesidad demostró que la práctica del boxeo sin contacto, además de haber mejorado sus indicadores físicos, había forjado nuevas amistades, así como ganado autoconfianza y autoestima.
- Enseñan a frenar los impulsos y reducen la violencia. Aunque parezca irónico, en la mayoría de los deportes de contacto se fomenta la autodisciplina y la práctica de estas actividades simplemente como autodefensa.
- Mejoran la concentración. El boxeo o el kickboxing obligan a poner toda la atención en la práctica, al ejecutarse de forma coordinada tantos movimientos y, al mismo tiempo, estar pendiente del contrario tratando de evitar los golpes.
Es tan larga la lista que, según la revista GQ Italia, hasta la Universidad de Harvard fundó su propio club de boxeo, obligando durante un tiempo a todos sus estudiantes a practicarlo.
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